lunes, 19 de junio de 2006


Es una mañana de Corpus como otra cualquiera. Al fondo, la calle Recogidas desemboca en la siempre viva Gran Via. Granada ha vuelto a seducirme, lo ha hecho como le gusta coquetear a las ciudades bonitas: A base de belleza y tranquilidad. Caminar por Granada sigue siendo un lujo. Soñar con Granada vuelve a ser una premisa como otra cualquiera. ¿Veis el final de la foto? Pues alli aparecí borracho en alguna ocasión... Calle abajo, buscando un hogar prestado de estudiantes en el Zaidin. Con un frio exquisito e inolvidable...Granada...a fin de cuentas